El trabajo en equipo es muy importante para que la empresa triunfe y llegue a la consecución de los objetivos de la empresa. ¿Por qué? Porque cada empleado de mi equipo desempeñará un rol concreto –en función de sus fortalezas– que, junto a los del resto, mejorará los resultados generales.
Por lo tanto, soy un convencido de un buen trabajo en equipo mejora la productividad. Sin embargo, uno malo, puede generar todo lo contrario.
El equipo, al estar formado por personas con conocimientos y actitudes muy distintas, genera un elevado enriquecimiento personal. Cuando todos comparten sus perspectivas y sus habilidades fortalecen el grupo. Convierten el trabajo en algo productivo y gratificante que hace progresar al resto.
Las decisiones se toman en equipo. No vienen impuestas por una persona. Esto provoca que, los trabajadores se sientan parte importante de la empresa y que son tenidos en cuenta. El ambiente mejora y la motivación laboral crece.
Escuchar puntos de vista diversos estimula la creatividad de todos los miembros del equipo y proporciona soluciones más efectivas a los contratiempos que puedan plantearse.
Con el trabajo en equipo las tareas se dividen, se reduce el estrés de los empleados y aumenta la productividad. Crece la sinergia porque al trabajar juntos se obtienen mejores resultados que con el trabajo individual.
En las empresas que se fomenta el trabajo en equipo, la comunicación es más fluida y directa porque se pueden transmitir diferentes opiniones sin que nadie se lo tome de una manera negativa. En consecuencia, mejora el ambiente laboral y la resolución de problemas.